El presidente argentino, Alberto Fernández, anunció una nueva etapa de restricciones para contener la pandemia de la covid-19, que durará hasta el 29 de noviembre próximo, y dispuso que Buenos Aires y su populoso cordón urbano abandonarán la fase aislamiento obligatorio (ASPO) para pasar al distanciamiento social preventivo y obligatorio (DISPO).

El paso del aislamiento a poder circular con cuidados sanitarios se debe a que la denominada Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que comprende a la capital y sus densamente poblados alrededores, registra menos de la mitad de casos que hace ocho semanas.
“Este distanciamiento básicamente autoriza a que se pueda circular sin la autorización que hoy se requiere”, explicó Fernández en un vídeo grabado desde la quinta presidencial, situada en la localidad bonaerense de Olivos.
Sin embargo, el transporte público de pasajeros solo podrá ser utilizado por las personas que realizan las llamadas “tareas esenciales”, porque el Gobierno entiende que allí se generan más fácilmente los contagios.
En cambio, en departamentos de diez provincias aún continuará el aislamiento obligatorio, debido a que los contagios siguen estables o están aumentando.
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