Cientos de mujeres, madres, feministas y estudiantes de diferentes sectores de la sociedad se sumaron a la gran caravana por Alexa, repudiando la Justicia y a la Iglesia. En la Catedral un grupo de religiosos se colocaron a rezar e interrumpir el acto central.
“¡Exigimos Justicia!”, “¡Caravana por Alexa!”, “¡Ni una sola vez!” eran algunas consignas que se podían leer en los carteles que se veían en la caravana. Las manifestantes pedían pena privativa de libertad para el acosador sexual confeso Silvestre Olmedo, la Iglesia Católica cómplice de abusos, acosos y violaciones sexuales.