Las fuerzas de seguridad libanesas utilizaron gases lacrimógenos anoche para dispersar a decenas de manifestantes enfurecidos por la explosión del martes en el puerto de Beirut, que se convirtió en un símbolo de la incompetencia y la corrupción de las autoridades.
Los manifestantes destrozaron comercios y lanzaron piedras a la policía en el barrio del parlamento, según la Agencia Nacional de Información.
La policía replicó y varios manifestantes resultaron heridos, añadió.