Esta bebida, llamada Smells like Brussels Spirit (Huele al espíritu de Bruselas), fue creada a partir de más de 1.000 litros de cerveza que habían sido preparados para llenar los barriles de la capital belga, pero que finalmente no pudieron consumirse debido al cierre de los bares y restaurantes decretado el pasado 13 de marzo por el Gobierno para contener la expansión del nuevo Covid-19 en el país.

"La idea era dar una segunda vida a la cerveza que no había podido venderse en vez de tirarla a la basura, ya que las bebidas espirituosas tienen una vida útil mucho más larga", explicó Sébastien Morvan, de la empresa Brussels Beer Project